Entradas

Mostrando entradas de 2014

La ciudad no escucha

1 En absoluta oscuridad no logras más que pensar. Y piensas. Piensas en tu mujer y en los niños. Sabes que ella te reprenderá porque   otra vez   dejaste la leche en el auto: dirá que todo se te olvida, que dejas lo importante por lo urgente, que por tu culpa   otra vez   los niños desayunarán cereal caliente. Tu esposa tiene razón: no habrá leche fresca en la mañana, pero también se equivoca: jamás olvidas lo importante, de hecho, hacer que lo valioso trascienda es el motor de tu existencia. En la maraña que es la sociedad, te visualizas como una araña que va tejiendo hilos fuertes a base de escupir verdades. Esas que otros quisieran tapar. En tu trabajo sigues un método riguroso para escarbar zonas de la realidad que nadie más se atreve y extraer datos que hablen de  injusticia y corrupción. Después cuestionas a los involucrados, generalmente sujetos de cuello blanco que, acaso tras enfrascarse en guerras de declaraciones, salen totalmente limpios de cualquier señalamiento.

Lo que los memes cuentan sobre la ciudad...

Imagen
La ciudad como escenario pero también como propulsora de realidades locales y globales. El ethos o espíritu de ciudad como el resumen de las subjetividades y objetividades a partir de los cuales se construyen identidades y se impulsa el orgullo y el sentido de pertenencia. Facebook como terreno simbólico donde se disputa la hegemonía de los espíritus de ciudad, los memes como artefactos que permiten observar las creencias compartidas al respecto. Ésa es la ruta que traza Ana Gabriela Rodríguez Pérez en su trabajo Memes y Ethos de ciudad en Hermosillo: un acercamiento desde la teoría integral , presentado en modalidad ponencia hace unos días en el III Encuentro Internacional sobre   Comunicación ,   Frontera   y Movimientos Emergentes , efectuado en la Universidad de Sonora. Tú que estás leyendo esto, seguro sabes lo que es un meme de Internet porque posiblemente todos los días ves decenas de ellos. De acuerdo a Gaby, el meme de Internet es una unidad de información (concept

Cada que nazco, un genio muere

Bourdieu y Kapuscinski murieron el día que yo nací. Cada que yo nazco, un genio muere. He nacido 30 veces y solo sé de dos genios que han muerto en mi día: Un sociólogo francés y un periodista polaco. Al sociólogo le intrigaban los comportamientos ajenos El periodista también la hacía de sociólogo. El periodista narraba el mundo, el sociólogo lo interpretaba. Pierre Bourdieu me mostró un lado amable de la ciencia. Ryszard Kapucinski muchas formas de abrazarse al periodismo. Murieron con 5 años de diferencia, el primero cuando yo cumplía 17, el segundo a mis 22. ¿Qué clase de genio habrá muerto a mis 27? No lo sé. Voy a esperarme a los 32.

“Mi primera patria es mi infancia; la segunda, el lenguaje”: Mohsen Emadi

Imagen
[Fotografía tomada de: www.escena4.com.mx] Mohsen Emadi se desplaza por el mundo llevando con él la infancia -que es su patria- y el lenguaje como herramienta para retornar a ésta, para tocarla. En Hermosillo, ciudad desértica y provinciana que en algo le recuerda al sitio donde se crio, el poeta iraní exiliado en México, enuncia sus porqués de la poesía, “la poesía busca nombrar las cosas por primera vez, ir al punto donde empezó la historia por primera vez”. En otras palabras: la poesía para contar lo que no cuenta la historia. En día previo a su presentación en la Feria del Libro de Hermosillo, en un tiempo-espacio facilitado por el centro Altazor, comparte sus primeros recuerdos: espacios de la niñez habitados por situaciones de luz, posiciones de objetos, pero nunca personas; memorias de guerra, conflictos, lecturas profundas, su cuerpo perdido en los extremos de la religión y rescatado de ésta a partir del primer amor c orporal . Y así, verlo hoy anárquico y ateo, en

Elena Poniatowska Amor, México y la educación

Imagen
Foto: tomada de Mamborock.mx En el discurso de Elena Poniatowska, doctora honoris causa por la Universidad de Sonora, se palpan su amor por México y su fe en la educación como cura de todos nuestros males, se observan las memorias que sobre estas tierras norteñas articulan los afectos que por ellas le transmitiera su marido, el finado astrónomo, Guillermo Haro. Primera mujer en recibir esta distinción en los 72 años de historia de la Unison, la homenajeada ensalza la bravura como rasgo que ha hecho de Sonora cuna de importantes transformaciones para el país a la vez que un pueblo caracterizado por el pisoteo de sus propias etnias y el uso del agua para fines políticos, conflictos que convergen hoy en la figura del yaqui Mario Luna Romero, “injustamente encarcelado”. A Elena Poniatowska Amor, Sonora le recuerda sus primeros años como reportera del periódico Novedades, donde tuvo como compañero al cuentista Edmundo Valadés, época en que conoció la voz “golpeada, como de sa

De churros, chocolate y otros viajes

Cuando yo nací, el trigo llevaba muchos años haciendo las Américas, alegrándonos la panza, colonizando nuestras bocas, y como la costumbre es dar todo por hecho y no preguntarse el origen del origen de los alimentos ni poner suficiente atención a las clases de historia, nunca pensé que dicho grano hubiera sido posible a partir de la conquista. De ahí que enterarme de que los churros fueran creación española y no mexicana –pena reconocerlo, pero una en la inocencia asume tantas cosas- alterara el mapa gastronómico de mi memoria. Ya desde temprano esa tarde, Madrid me llovía por dentro y yo era un barquito de papel a la deriva en ríos improvisados que chocaban siempre con letreros que anunciaban “Churros y chocolate”. Entré a un local y busqué asiento. Estaba bajo techo, pero seguía lloviendo en mi interior. Llovían preguntas: ¿Con qué derecho ultrajaban la mexicanidad de mis recuerdos gustativos? Los churros azucarados siempre me habían sabido a lo propio, a las ferias de m

Elche y su mar de palmeras

Imagen
Cerca del mediterráneo español está Elche, la ciudad con casi tantas palmeras como habitantes, la del palmeral más grande de Europa y uno de los más extensos del mundo. A veces, el viento hace de sus ramas olas y ese mar es el orgullo de los ilicitanos. Ciento veinte días en Elche y saber que la conexión de su gente con el palmeral no viene de cuando la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad, en el año 2000, sino de mucho tiempo antes. Cuenta la historia que el palmeral data de la etapa del dominio árabe sobre la península, hace más de mil años. Se supone que la especie más común fue traída por ellos, pero también hay especies endémicas. Así que ambos tipos de olas - árabes e ibéricas- configuran el mar de palmeras ilicitano. Y si lo que hace especial al Palmeral es que su sistema de riego cuenta con raíces árabes, también es cierto que alimenta una tradición cristiana que identifica a la ciudad. Con luz o sin ella, las palmeras producen: Dátiles si les da el sol, palma

Isla Tiburón (o de cuando los Seris fueron isla)

Imagen
Diana en la Isla Tiburón / Alejandra Meza Una isla, un trozo de tierra extirpado del país al que pertenece. Yo, un punto sobre la línea que separa tierra firme del océano pacífico, me desprendo del mapa para internarme en la más grande isla de México: la Isla Tiburón. Mi versión favorita del origen de su nombre es la que cuenta que, durante la época colonial, los conquistadores se toparon con indígenas cuya ferocidad podía equipararse con la de un tiburón. Otra posibilidad es que se debe a la alta cantidad de estos animales que la merodean. Sin embargo, desde la lancha no veo ninguno. Lo primero en la isla es observar que el agua de sus playas es celestial. Lo segundo, pensar que sería más atractiva si los Seris todavía la habitaran. Pero desde hace décadas están prohibidos los asentamientos humanos, y lo que alguna vez fue el hábitat de esta etnia, ahora es una reserva natural en la que solo participa como un atractivo turístico. Nos cuenta una mujer Seri que ciert

De paso por Granada

Imagen
Granada es la encarnación del mundo árabe que hasta hoy solo habitaba mi mente. Minutos después del tren asciendo por los callejones cada vez más angostos del emblemático barrio del Albaicín entre fachadas que casi se besan y conforman túneles con caminos de piedra y techos de firmamento. Qué pronto se esfuman los madrileños bares de tapas y cañas dejando su lugar a teterías y reposterías estilo marroquí. Poco tarda mi memoria olfativa en cambiar la esencia de tortilla española, bocadillo de calamar y jamón serrano por el olor a tés y almendras, pistacho, avellana y miel. Comienzo a familiarizarme con el alfabeto árabe cuando en los comercios ocurre la competencia de precios y estilos en babuchas (esos zapatos que parecieran pantuflas), pantalones tipo “Aladino”, lámparas con diseños de rombos y juegos de vasos para el té. Siento la urgencia de llevarme una infusión de “Mil y una noches” y otra de “Noches de granada”. La ronda de compras concluye con un pergamino que t

Estocolmo

Imagen
Foto: http://www.yelp.com/biz_photos/glenn-miller-caf%C3%A9-stockholm?select=PTui-SVbcZtuV4npTwCGHA#hxwH7uH_yF-ZvycCDzuEPw Mis pasos son dedos tibios sobre la piel fría de Estocolmo; huellas que terminan donde la puerta del Glenn Miller Café abre hueco a la música en el silencio de la ciudad. Del saxofón que toca la mujer del grupo -blanca bendita entre oscuros caballeros- nace un riachuelo cálido que fluye gradualmente por mi oído y va fundiendo un interior entumecido. No sé qué me cautiva más, si el jazz en vivo o la calma de los suecos embelesados al calor de la música, en la perfección de la noche. Me da miedo abrir la boca y que la emoción emerja en un torrente de bronquedad latina. Que sea yo quien rompa esta burbuja de paz. No logro recordar si la escena ocurrió o los personajes de una postal vista en alguna tienda de Estocolmo se materializaron en mi mente y acontecen cada que el recuerdo me coge por sorpresa. Me pienso en el Glenn Miller Café : cervez